jueves, 19 de noviembre de 2009

EN TÍ HE ENCONTRADO LA ESPERANZA QUE PERDÍ





Qué raro es todo. Lo es, y mucho.
Siglos y siglos esperando a algo que no sabes muy bien como llamar, algo que no aciertas a definir correctamente... pero que identificas a la perfección en el momento en el que lo sientes.
No es algo fuerte, ni grande, ni que deba preocupar.
Pero sí es algo bonito, pequeño... y cómo decir... mágico.
Ese leve mariposeo en el estómago cuando creías todo perdido, esa sonrisa estúpida cuando dos sílabas se cruzan entre tus pensamientos más escondidos y avergonzados... lo mismo que no sabes definir.
Pero no quieres mostrarlo, te niegas. No quieres aceptarlo ante nadie. Solo tú reconoces en el silencio, que algo no marcha igual por ahí dentro. Algo ha cambiado.
Sin embargo, no hay ilusión, no hay esperanza, no hay nada de eso. Porque no sabes como llevar a cabo todo ese cúmulo de sentimientos que crees estúpidos, no tienes ni la menor idea de como organizar las ideas que se alborotan en tu cabeza cuando le ves aparecer. No sabes siquiera si la reciprocidad existe. Y ante la duda, te haces pequeñita.

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