viernes, 2 de noviembre de 2012

¿Qué riesgo mayor vale la pena correr?

No sé si os habéis parado a pensar que el tiempo que nos queda por vivir es la mayor incógnita que existe. Confiamos en que sea mucho, en que sea largo. Confiamos tanto en ello, que nos permitimos el lujo de derrochar el único que sí tenemos a ciencia cierta, que es el que transcurre en este mismo instante. Totalmente impredecible es qué pasará contigo en un par de horas, ni siquiera dentro de cinco minutos. Mucho menos mañana, en unos meses, o años. Y aun así, tenemos la poca vergüenza, la enorme caradura y la gran desfachatez, de desperdiciarlo. De no emplearlo a fondo, haciendo lo que realmente queremos hacer. Dejándonos llevar por el miedo, la pereza, la vergüenza, la indecisión, la vagancia, el orgullo. Dando paso a lo peor de nosotros, para perdernos aquello que destapa lo mejor. Aguantándonos las ganas de hacer lo que en nuestros más profundos deseos, nos morimos por llevar a cabo. No expresamos sentimientos por miedo a que no sean correspondidos, por vergüenza de ser juzgados, por orgullo y ser "arrastrados". ¿Y qué, si es lo que te apetece? ¿Y qué, si es lo que necesitas? ¿Y qué pasa, si eres correspondido? ¿Y qué pasa, si solo estás perdiendo el tiempo? Nos pasamos la vida consumiéndola sin vivirla. Sintiendo sin demostrar, rompiéndonos de tanto querer por dentro, dejando que muchos alguien, nunca sepan que están siendo tan infinitamente queridos. Y lo sabemos, pero sin embargo, seguimos callando. Seguimos sin actuar, sin vivir, sin amar. Solo nos levantamos cada mañana, para volver a acostarnos unas horas después. Pero se nos ha olvidado porqué estamos aquí. Coño, que estamos vivos. ¡Que estamos siendo los seres más privilegiados del universo!. Que se nos ha concedido una vida, un tiempo, con el que poder hacer lo que sintamos con él. Lo que nos haga sentir, insisto. Qué somos, ¿piedras? ¡No, joder! Somos solo tú y yo, y estamos aquí, negándonos un beso que desencadenará en mil más, si tu quieres. ¿Y por qué? Porque somos unos putos cobardes. Pero yo no quiero serlo más. Ya no quiero. Yo lo que quiero, es vivir. Y si a tí también te apetece, hacerlo contigo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario