sábado, 25 de diciembre de 2010

Lo que tengo yo adentro.

¿Tengo que retirarme? 
¿Todavía estoy a tiempo?
No. No lo estoy.

Un día me sorprendí a mí misma interesándome por tí.
Me pregunto por qué no antes, por qué justo ahora.
Pero en lo único que no dejo de pensar, es qué tengo que hacer para que tú te fijes en mí.
No hay instante que no utilice en acordarme de tí, de tu sonrisa (que me vuelve loca), de tu voz, tus gestos... esa forma de caminar, de  escuchar, de mirar. Te sorprendería descubrir como conozco todos tus  movimientos, como los he estudiado sin querer, durante todo este tiempo. Te sorprendería descubrir cuanto me encantas. 
Has llenado todos los huecos vacíos que había en mí y ahora,  no sé como sacarte de ellos.
Pero, ¿y ahora qué? tú has hecho todo esto sin querer, y dudo que estés por la labor de que sea así.

Ahora no sé que hacer.  No sé como dar marcha atrás. 
No puedo dejar que todo esto me haga daño...
pero es que, ya no sé como remediarlo.
Ya es tarde.


Sabes... sólo pido una cosa para el 2011.
Solo una.






Ah, ¡Feliz Navidad!

No hay comentarios:

Publicar un comentario