lunes, 5 de diciembre de 2011

Hay luz en la casa del fabricante de alas de mariposa

A veces las cosas parecen mucho más difíciles de lo que son en realidad. En este caso sucede todo lo contrario, quizás parezca fácil, quizás parezca muchas cosas... pero probablemente, la realidad apunta a que es todo lo contrario. Nada es lo que parece. Nada esta vez, se coge por el camino sencillo. Nada.
Hay demasiadas cosas que cambian a la velocidad de la luz, y estoy tan agotada por no poder pillarlas, que tengo que plantarme. Hay tantísimas cosas que no entiendo, y cada vez se suman más... que espero y espero a que como por arte de magia las soluciones llamen a mi puerta. Sabiendo que eso no va a pasar.
La solución puede que esté plantándose y dejando paso a que ese formateo haga lo que quiera con todo lo que se encuentre por aquí. Nada está en su sitio y odio con todas mis fuerzas ese querer y no poder que no hace mas que llamar a mi puerta.
Cuando pluses y más pluses se suman, cuando sientes que hay que empujar para que algo tenga sentido, quizás lo mejor sea parar y dejar que ruede solo, si es que tiene que rodar. Porque en ocasiones queremos acaparar demasiado, y es que, las cosas solo se hacen cuando algo te llama a hacerlas. No se puede tirar eternamente de algo que no fluye solo.
Yo sigo la corriente sabiendo que quiero frenar. Nunca tengo esa fuerza... pero que tengo que hacerlo. Puede que haya llegado el momento de sacarla de donde ni yo imaginaba que podría, para hacer ese reset que tanto necesito. No puedo con esta dirección. Juro que ya no puedo más.
Y siento que este es el momento. Han llegado los 21 y creo que con ellos... un gran Borrón y cuenta nueva.

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