lunes, 6 de febrero de 2012

Me salvas

Puede parecer una tontería o algo sin sentido para muchos. Y yo lo sé. Pero tampoco me importa, si a mí me hace sentir así. En momentos en los que no me aguanto ni yo, porque mil cosas a mi alrededor me ponen de mal humor, me impacientan y me irritan... está él, que sin poder ser consciente, me mantiene en pie, recordándome la cantidad de cosas que merecen la pena. Está él, que me acerca a mis sueños, incluso a los que nada tienen que ver con él. Me aleja los milímetros exactos y necesarios del gris casi negro en el que se ha vuelto todo.
Y lo único que necesito es que aparezca su rostro, que sonría y se disponga a cantar. Porque en ese momento en el que comienza... absolutamente todo lo demás pasa a un segundo plano. Y es maravilloso que logre algo así, porque lo cierto, es que es una de las pocas personas que cuentan en mi vida con ese don. Que quizás todas lo tengan, pero la mayoría ni lo sabe, ni quiere saberlo. Y no se van a molestar tampoco en intentarlo.
Me gusta dar las gracias. Me hace sentir bien, me reconforta. Lo hago continuamente y siempre que tengo la ocasión. Y no hay nada ahora mismo que necesite más que poder dárselas a él. Agradecerle por todas esas veces que me ha sacado una sonrisa, que me ha llevado a imaginar lo inimaginable, a soñar tan alto como vuela su voz. 
El pensar que esto se cumple en escasas 30 horas... y que lo tendré frente a mí, para poder decirle todo lo que quiero y necesito, me tiene histérica. No puedo dejar de pensar en qué es lo que voy a hacer ni en como me voy a comportar. Qué es lo que voy a hacer para que mi presencia, entre todas, no sea una más. Para ser yo más que nunca. Estoy nerviosa. Muerta de la ilusión, pero muy muy muy nerviosa. Mi día está aquí, está a punto de suceder... y solo de pensar en lo feliz que voy a ser... buf.
No sé que sería de mí sin él, en días como hoy. En los que parece que el mundo se ha compinchado para no poder dedicar ni un minuto a saber si realmente estas bien. Hay cosas que nunca cambian, y las hay que cambian sin avisar para no volver jamás a ser lo que eran. Pero hay algo que siempre será lo mismo. David Bustamante, para mí, siempre será quien me salve cuando nada más pueda hacerlo. Cuando una llamada  nunca llegue, ni un mensaje nunca sea respondido. Cuando un qué tal o una disculpa no lleguen a tiempo. Oigo su voz diciendo "aquí estoy yo..." y me salva. Sin ninguna condición.



2 comentarios:

  1. Genial. Muy grande lo que has escrito. Él debería leerlo, y debería sentirse muy orgulloso por tener seguidores como tú, y sobre todo, por tenerte a ti como seguidora.

    Espero que mañana pases un día estupendo rodeada de personas maravillosas que comparten una misma afición. Espero que lo disfrutes a él y que, por supuesto, pases por aquí para contarlo!

    Un besote.

    ResponderEliminar
  2. Que bonito :) sentirse ilusionada y nerviosa de ver a esa personita que mueve todo tu interior te deseo lo mejor un beso.
    http://princesailusa.blogspot.com/

    ResponderEliminar