lunes, 30 de abril de 2012

No existe nadie que pueda completar mi vida como lo haces tú

Hay cosas totalmente imposibles de entender si no las vives desde dentro. Incluso hay ocasiones, como es esta, en las que ni siquiera puedes escoger entrar. Te pasa y punto. Lo sientes. Y te dejas llevar. El motivo es totalmente desconocido. No sé decir porqué yo sí siento todo esto, por qué puedo hacerlo... y otra persona no. Ni tampoco sé que hacer para cambiarlo. No puedo manipular a alguien para que sienta esto mismo que yo, al igual que no puedo manipularme a mí misma y hacerme creer que no lo siento. Es curioso, no lo niego, pero esto forma parte de mí. Y no contenta con ello, muy orgullosa afirmo que forma parte de lo mejor de mí. Me hace tan infinitamente feliz, que no llego a saber explicarlo con palabras. Juro que lo sigo intentado, pero por más que intento no puedo describir algo a la altura de lo que realmente siento. Y a pesar de ello, me resulta precioso. Porque es precisamente lo que lo hace tan mágico. Eso, y poder compartirlo con gente, con quien únicamente una mirada es suficiente para que exista comunicación. ¿Sabéis lo grande que es eso? Qué mas da que la inmensa mayoría no lo pueda comprender, si ellas sí. Ellas entienden hasta el último gesto, sonrisa, palabra, mirada, lágrima... Son capaces de hacer lo imposible por mantener la magia intacta. Y además, la suerte se multiplica, porque puedo decir que de quien hablo, es de mis amigas :) Y ya nada sería lo mismo sin ellas. Ni un solo concierto es ni parecido si al menos alguna de ellas no está conmigo. Planearlo, vivirlo, recordarlo... ¿como se haría si no? 
David no solo ha puesto banda sonora a mi vida y sonrisas en mis días. También ha hecho que me cruzara con ellas en el camino. Y que gracias a eso, viviéramos momentos como el de este fin de semana. Hacía dos años que esperábamos que volviera a nuestra Zaragoza. Siempre es bonito verle, sea donde sea. Pero cuando está en tu ciudad, es todavía y si cabe, más especial. Siempre parece que sea la primera vez, los mismos nervios, las mismas ganas, y cada vez, un poquito más ilusión que la anterior. Y es inevitable. Cuando quedan escasos minutos para que el concierto comience, cuando las luces se apagan y la música empieza a sonar... entras en un estado del que no quisieras salir nunca. Fluir. Y te dejas llevar por cada nota... hasta que de pronto, esa silueta que tan bien conoces, se deja ver entre las sombras. Y dan comienzo las dos horas más maravillosas del mundo. Espacio y tiempo se fusionan en uno solo para dejar que lo único existente sea la voz de David Bustamante. Arrancando las sonrisas de todos los allí presentes. Siempre lo consigue, siempre. Solo él es capaz de eso. Su voz, sus sonrisas... pueden curarlo todo. Obliga a que te levantes, a que cantes, saltes, bailes... saca de tu cabeza todo lo demás. Conduce todo al más puro estado de positivismo al que hayas llegado jamás. Y la palabra felicidad cobra todo su sentido. Y esta vez, todavía más. Y mejor. Porque compartí todo esto con mi abuela, la llevé hasta allí para que pudiera ver en primera persona de lo que es capaz de hacer sentir David. Para que pudiera disfrutarlo también. Y admirarlo. Y lo hizo. Y es algo que no se me va a olvidar jamás. Que un día, mi abuela, me acompañó a ver a mi ídolo en un concierto precioso.
Cuando el espectáculo termina, solo quieres poder demostrarle todo esto que significa para tí. Y a pesar de su dificultad, lo intentas. Porque sabes que él forma parte de esto, y solo con mirarte, sabe traducir los miles de sentimientos que se agolpan entre tus ojos y tu sonrisa. No es otra cosa que admiración. Admiración y agradecimiento. Y por eso, casi no hace falta hablar. Porque en cuanto te descubre, se acerca, te devuelve exactamente la misma mirada, la misma sonrisa.... y te rodea con sus brazos para darte dos besos. Y es en ese momento cuando comprendes que por impaciente, complicado y locura que todo parezca a veces, tiene todo el sentido del mundo. 
Gracias David, por otro concierto, otros dos besos, otras miles de sonrisas y palabras inolvidables. Gracias por hacer que tu paso por mi ciudad, haya vuelto a ser un sueño hecho realidad. 



  


GRACIAS, POR TANTO, Y TAN BUENO.

1 comentario:

  1. Que bonito lo que has escrito, Angela. Gracias por compartirlo. Un besote. MIO./Dossauces

    ResponderEliminar