miércoles, 27 de agosto de 2014

¿Qué riesgo mayor vale la pena correr?

Empezamos haciendo el tonto. Como empiezan casi todas las cosas que tienen sentido. Que si tú me picas y yo que me ofendo, que si tú me salvas y yo que te beso. Tú que me vaya contigo, yo que no quiero. Tú pidiendo mi número, yo que no puedo. Y te marchas. Y me quedo. Y vuelves. Pero ya me he ido. Y nos escribimos. Nos seguimos. Vaya que si seguimos. Sin parar. Conociéndonos. Gustándome cada nuevo paso, gustándote cada nuevo secreto. Avanzando. Sin saber frenar. Y nos vemos. Y nos colgamos de lo poco que tenemos: ganas. Y miedo. De ese que no te deja saber, ni (a veces) creer. Pero sí, contra todo, seguimos. Cabezotas, enganchados. ¿Masoquismo? Realismo. Van tres. Y tú. Y yo. Y quizás, el destino.  
No hay casualidades, hay un camino. Ya hemos empezado, no queremos rendirnos. Nos buscamos. Vivimos, paralelos, pegados. Esperando (nos). Y es que eres tú, tan distinto. Tan tú, tan conmigo. Tan como nadie. Haciendo que quiera, que me quiera. Y me enseñas. Y me cuidas. Y provocas, que sin verte, me apetezcas. Estás en todas partes sin estar cerca. Me pregunto si tengo algo que perder. Veo que nosotros ya hemos ganado. Y a modo respuesta, algo me dice...

¿Qué riesgo mayor vale la pena correr? 

1 comentario:

  1. Me encanta este post, todo loque escribes, es mágico y transmites mucho, siempre haces que me identifique.
    Un beso enorme,
    http://enesteladodelmar.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar