sábado, 23 de abril de 2011

magia verdiblanca

Esa sensación de nuevo. Esa sensación capaz de dejar sin palabras, de provocar a la vez sonrisas y lágrimas. De contagiar suspiros y aplausos. Capaz de hacerte soñar, admirar y enorgullecerte. Es... esa sensación.
Llega el viernes, pero no es un día más. Es viernes Santo y en breves te reunirás con un montón de gente con el mismo nudo en el estómago que tú. El cielo está nublado y hace horas que no para de llover con intensidad. En las calles todo está mojado y la gente va de lado a lado muy rápido sin detenerse a ver nada.
Tu procesión debería empezar a las doce en punto del medio día, pero todos tienen serias dudas de si va a llevarse a cabo. Ayer se suspendieron procesiones por la lluvia, y otros años ha pasado. 
Tienes dudas, estás triste y tu cara refleja decepción. Sabes que no vas a quedarte sin procesión... pero tú no quieres algo así. Tú quieres tu recorrido por las calles de tu ciudad, el de todos los años. Quieres tocar hasta que te duelan las muñecas y quieres que los pasos entren mientras tú redoblas sin parar.
Al principio todo es super confuso. Las Siete Palabras salen. Claro que salen. Y además lo hacen por la puerta grande, desde dentro. Y queda precioso. Estás segura de que el agua de fuera no se compara a la que corre por dentro de algunos capirotes. Y por eso tocas con tanta rabia. 
La procesión comienza y todos andan. El agua sigue cayendo, pero no importa. Nosotros seguimos y la gente nos mira con satisfacción. Algo que hace que tu estómago se anude más fuerte si cabe. Se llega al Pilar, entramos dentro, tocamos bajito y se predican las palabras, una tras otra. Lo cierto es que resulta un poco aburrido, pero se respira paz. Y ver tantos capirotes verdes te hace sonreír. De pronto, lo entiendes: Todo va a salir bien. Todo. Y descubres que todo estaba en tus manos. Solo tenías que creerlo.
Al terminar y salir, el sol te deslumbra e incluso te dificulta la visión. La sonrisa que nace de tus labios a continuación borra cualquier sensación anterior. Sabes que todo va a continuar como quieres.
La procesión de las Siete Palabras no había hecho más que comenzar. Un toque tras otro te llevan por las calles de tu ciudad. Finalmente llega la hora de encerrar la peana. Todo parece perfecto. Pero el toque, al poner el broche final vuelve a descolgarse. Como pasó el lunes.
Ya solo quieres una cosa. Deseas con todas tus fuerzas que el temporal se mantenga, que la procesión del Santo Entierro salga adelante. Necesitas volver a tocar, necesitas tener a todo tu alrededor a cientos de personas con tu misma sensación y sobre todo, necesitas que ese último toque que tanto te gusta, salga bien.
Te marchas a descansar unas pocas horas hasta la procesión de la tarde. Y como antes, solo tenías que creerlo. Lo haces con todas tus fuerzas... y a las seis comienzan los primeros. A las siete ya estás por allí, preparándolo todo. A las ocho todo empieza de nuevo para vosotros, para los verdes, los valientes :)
La procesión es bonita, rápida, y los toques limpios. Sabes que estás cansada, pero casi ni te acuerdas. Dos horas después ya estás a punto de volver al inicio de todo. Donde todo tendrá su fin, hasta el año que viene.
Vuelves a recordar tu deseo. Quieres que todo salga bien, quieres sentir ese escalofrio y esa descarga de adrenalina cuando crees que tus muñecas van a desencajarse de tus brazos y tus baquetas dan el ultimo golpe sordo en el parche del tambor, dejando paso al más absoluto silencio que marca el final. Entonces, todos aplauden con fuerza y ya puedes quitarte el capirote. Porque has dejado de soñar para dejar paso a la realidad. Todo ha salido perfecto. Mucho mejor incluso de como deseabas.
Miradas, besos y abrazos complices, orgullosos y felices. Una vez más, las Siete Palabras dan la talla y dejan el listón bien alto. Una vez más sientes esa sensación... esa sensación indescriptible y mágica a la vez.
Todo ha salido mucho mejor de lo que esperabas. Porque además, muy buenos amigos, conscientes de lo importante que es para tí un día así, deciden hacertelo más bonito todavía.
Gracias Sarita y Patri :)
Gracias Iñaki, pequeñajo. Eres tan increíblemente especial! :)
y Gracias, Rach :)




4 comentarios:

  1. Me alegro mucho de que todo haya salido PERFECTO!!
    Por aquí por el sur se quedaron la mayoría sin salir, sobre todo a partir del miercoles y jueves... Ha sido el peor año diría yo... Pero bueno, otro año será!! Comienza de nuevo la cuenta atrás.

    Un besote!

    ResponderEliminar
  2. Al menos tú pudiste salir. En otros lugares la lluvia descargó con tanta rabia como si fuera un castigo.

    El año que viene prometemos "ser buenos" para que se nos de una tregua.

    Nos leemos.

    ResponderEliminar
  3. tia acabo de flipar con tu texto!
    En serio, me encantaría sentir algo así, algo tan bonito y reflejarlo tan bien en un texto. Nunca me llamaron la atención las procesiones y siempre preferí quedarme en casa, por eso creo que es precioso lo que has escrito, porque nunca podría llegar a escribir algo así, y me parece bonito, verdaderamente bonito. Ojala me gustaran las procesiones, o algo, no sé. Pero soy un poco pasota a veces, en temas así. :(
    un beso grande bonita! me alegro que salieras!

    ResponderEliminar
  4. Anda! tas en la misma cofradia que mi tio! :)

    ResponderEliminar