Tío, por favor, ¡dame un soplido! ¡o un pellizco! ¡dame algo que me saque de aqui! Te lo pido como último recurso, no quiero molestarte. Pero no dejo de acordarme de tí, de tu forma de ver la vida, y necesito que me ayudes a entenderla igual que lo hacías tú. Necesito que me enseñes a despreocuparme de las cosas que no merecen la pena, que me des tranquilidad... y sobre todo que me enseñes a vivir solamente el presente, como hacías tú, a jugar siempre con un dado en el que únicamente ponga HOY en sus lados. Ayúdame a calmarme porfavor. Necesito paz. Transmiteme un poco de paz. Sé que ahí donde tú estás hay una gran tranquilidad, y yo necesito tranquilizarme. No sé ya qué me pasa. No sé porqué no puedo despejar mi cabeza, no sé porqué me estoy volviendo tan loca... con algo que no merece la pena.
Tan solo tengo clara (o creo tener) una cosa. Y es que es verdad hay imposibles que un día consigues sin darte cuenta... No sé como ha pasado, pero de repente, creo que estoy olvidando. No sé si es que me cansé, no sé que és. Bueno, sé que hay alguien que está ahí... ¡¡pero no me aporta NADA por el momento!! ¡y sé que no lo hará nunca! Al menos en un nunca cercano...
No entiendo por qué todo tiene que serme tan difícil tío...
Creo que he hecho bien las cosas siempre, aunque he tenido mis errores, como todo el mundo, creo que he sido una buena chica... ¿Por qué no me salen bien las cosas? Intento subir y ganar peldaños... y lo único que consigo cada vez que subo uno, es caerme hasta abajo otra vez.
Necesito tanto sentir...
¿Acaso no lo merezco?¿No me toca ya? ¿¿¿¿Cuándo????
Me ahogo. Ahora mismo no puedo más.
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