domingo, 3 de enero de 2010

NADIE ME ENTIENDE

El único motivo para todo siempre, es unicamente que yo lo he hecho mal. Con mala intención (por supuesto), porque no he querido (y he sido muy consciente de ello aun asi), porque he mentido (y lo sabia), por nada más.
No hay más motivos, porque no es posible que existan. Ni siquiera pueden barajarse, es totalmente imposible.
No cabe la posibilidad de que por mi mente puedan pasar muchas y diferentes más cosas que el hecho de escuchar con toda mi atención cuatro palabras, por un aparato, que además se oye mal. No es posible que tenga tantas cosas en la cabeza que me despisten (alguna que otra vez) y me hagan ser una cabecita loca con mil cosas que sí, posiblemente, con 48 años no sean para nada importantes... pero que con 19 son prioritarias. Más que cualquier otra cosa. Pero no. Para nada. Yo tengo que estar bien siempre. Perfectamente. (¿Cómo iba a estar sino?) Y para lo único que tengo que estar es para lo que me tenga que decir... porque sus reglas son lo único que sirven, sus manera de ver las cosas (retorcida), la unica que vale, sus aires de "nadie sabe mas que yo" los más superiores. En un mundo en el que nadie se preocupa más que por lo que tiene delante de sus narices cristalinamente marcado... y lo que queda a un lado porque hay inteligencia que lo esconde tras un velo algo opaco... no existe.
Pues que quede muy claro, que no soy ninguna mentirosa, que si quiere creerlo y pensar eso... pues adelante. Me da igual (mentira, no me da.), pero paso, paso totalmente. Porque no tengo por qué desenvolverme en mil explicaciones que no interesan a nadie (o casi nadie) porque no se molestan en entenderlas... porque debo de ser un bicho raro.
Pero lo siento, soy así. Y soy así muy orgullosa (de momento) de serlo. Y si tengo mil cosas en la cabeza y no me he enterado de lo que me has dicho... es que ¡NO ME HE ENTERADO! y si te digo que NO ME HE ENTERADO, ES QUE NO ME HE ENTERADO. Igual que no me enteré ni de una cosa, ni de la otra, ni de muchas más. Pero claro, todo gira en torno a tu mundo, y las demás no existen. Pues sí. Existen. Y para mí, mucho más. No miento. No me crees... TU PROBLEMA. Yo, ya tengo otros que ni sabes que están ahí, ni lo sabrás, porque al menos por mi boca no van a salir para tí, para que los eches por tierra con tu afán de dar importancia y quitarla como si de únicamente tu punto de vista se tratase.
Yo no juego ni en tu mismo juego, ni con tus mismas reglas. Lo siento.

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