miércoles, 30 de junio de 2010

A doce horas de mi primer exámen.


He estudiado mucho, y sé que puedo hacer un buen exámen. Solo tengo que concentrarme en repasar con intensidad el tiempo que queda. Debo estar segura de cada cosa que me sé y sobre todo, no dejarme llevar por los nervios que inevitablemente, van a estar ahí. Sé que puedo. Pero tengo que demostrármelo. Esto es lo de siempre... si mañana sale bien, lo demás irá sobre ruedas. Si no, me hundo.
Solo quedan doce horas. En doce horas la primera pesadilla habrá desaparecido. Tengo que ser más valiente que nunca y demostrar lo que he estudiado sin dudar.
Hoy va a ser una larga noche. Dudo que consiga dormir tranquila. Me angustia pensar en estos exámenes, no son unos exámenes cualquiera. Inevitablemente... la misma sensación del año pasado me recorre cada uno de los poros de mi piel recordándome todo lo que hay en juego. No cabe la posibilidad del fracaso. Esta vez ya no.

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