miércoles, 29 de diciembre de 2010

Días... ¿rojos?

Tras un día completo sin salir de casa, y para qué mentir... sin ganas de hacerlo, reflexiono sobre estas últimas veinticuatro horas. No he hecho otra cosa que dormir, comer, pasar horas con el ordenador y alguna que otra mención de trabajo de la universidad. Ah sí, y pensar. Pensar mucho, pensar demasiado. Darme cuenta de que el día de hoy no ha tenido ningún tipo de sentido.
No tiene sentido vivir sin ilusión, vivir por vivir. No quiero llegar al punto de levantarme porque sé que tengo que hacerlo. Desayunar, comer o cenar sin hambre y merendar por gula. No quiero encerrarme en casa porque mi único sentimiento desarrollado se llame pereza, o porque todo lo que me apetezca hacer se encuentre a años luz de mis posibilidades.
Yo no soy así, no soy así ni quiero serlo. Quiero sonreír y sentir que me muero de ganas de continuar luchando por lo que me apasiona, de vivir por lo que me gusta.
Pero sin embargo. No me sale. Nada de eso me sale. Así ha sido hoy, así fue ayer. No más, por favor.
Odio estar en OFF, pero tampoco sé como encenderme. No comprendo como el que se apague una ilusión, que aparentemente pintaba pequeñita, pueda repercutir de manera tan grande en mi.

1 comentario:

  1. Si a la primera no te sale, párate un momento. Siéntate a pensar. Cierra los ojos y imagina qué te gustaría hacer. Disfruta esa imagen... y al abrir los ojos centrate en lo que has pensado y no lo dejes escapar. Recoje fuerzas y hazlo realidad. Creer es querer i querer es poder, dicen, y yo digo que imaginar es creer no? Pues entonces también es poder :)

    ResponderEliminar