miércoles, 27 de julio de 2011

Defectos

Cuando lo que más te gusta de una persona, son sus defectos... lo descubres. Te descubres a tí misma enamorándote. Enamorada. Enamorada de todo lo que caracteriza su parte "negativa". De todo, absolutamente de todo. Yo una vez lo estuve. No encontré jamás nada que no me gustara, con lo que no estuviera dispuesta a convivir el resto de mis días. La simple idea de tener que pasar a su lado toda una vida no me agobiaba en absoluto. No como lo hacía el pensar que pudiera ser con cualquier otra. Claro, había cosas que me desquiciaban. Pero de las que después me reía. Cosas insignificantes que más tarde me demostraban que solo eran ingredientes para hacer cada momento único. Así te tiras años... y más años. Creyendo que nunca, nada, jamás podrá hacerte cambiar de parecer. Porque lo que sientes es tan inmensamente fuerte... que la letra de cualquier canción de tu ídolo se te queda pequeña. Porque crees que con eso basta, que nada lo romperá. Ni si quiera su indiferencia ni su consistente y rotundo "no". Ni su seguridad ante tus ojos tristes o tu sonrisa a medias. Él sabe que no es para tí, mientras tú sigues dudándolo. Y te juras que cambiarás y detestarás cada uno de esos defectos... sin éxito alguno. Porque incluso cuando estabas segura de haberlo conseguido... recaías. Sí, lo hacías. Recaías, pero hasta... aquí.
Porque a veces el tiempo da un giro completamente inesperado y te coloca en lo más alto. Y te da el control de lo que sentir. Y lo aprovechas. Lo tomas con fuerza, con más fuerza que nunca, para desprenderte de todo lo que ya no quieres contigo. Que no tienes porqué seguir así, y como lo sabes con más certeza que nunca... te sueltas. Y empiezas a volar. Y empiezas a ser tú. La de verdad. Empiezas a moverte en una pista que todavía no se ve bien... pero que está ahí. Y hay parejas de baile a montones que quieren bailar contigo. Tú no estás segura. No estás segura de nada. Pero da igual, porque no tienes prisa, solo muchas, pero que muchísimas ganas de volar.... y que tus alas sigan fuertes, abriendo camino a tu sonrisa. Porque parece que sí, que brilla radiante por fín, que todo eso que llamabas amor, solo se llama ya cariño. Porque puedes decirlo con seguridad: Ya nadie tiene defectos que sean inmunes para tí. Ya nadie.


:)

No hay comentarios:

Publicar un comentario