viernes, 25 de julio de 2014

Vidas cruzadas

Una maleta de 20 kg, otra de 10, más un bolso de mano, no tienen cabida para catorce meses. No hay forma humana de comprimir tantos recuerdos. No la hay. Cuando todo esto apenas empezaba, me moría del vértigo. No sabía como iba a hacer para vivir tanto tiempo lejos de mi ciudad, ni de mi familia, mis amigos, mis cafés, los conciertos, las cañas... y sin embargo ahora, ahora no sé encajar que me tengo que acostumbrar a todo eso otra vez. Me cuesta prescindir del inglés, de la gente que se ha convertido en mi familia todo este tiempo, de los rincones que ya son mi segundo hogar... y no sé, de verdad que no sé como voy a hacer para empezar otra vez. No sé si había tenido alguna vez tal cacao mental, esta sensación que ahora mismo se me come de no tener, por primera vez, ni puta idea. De nada. No sé que quiero, no sé qué debo, no sé como, donde, ni cual es el mejor porqué. Llevo toda la vida con un objetivo claro que seguir, del que tirar, por el que luchar. Y detrás siempre venía otro. Pero ahora, de repente, me he quedado plantada en ese momento en el que no hay nada más. No hay más que dudas, incertidumbre, miedo. Mucho miedo. Porque no tengo ni la menor idea de qué es lo que quiero. O sí, pero ese es otro tema. Todo sería mucho más sencillo si nuestras vidas, además de cruzadas, pudieran estar juntas. Quizás sea lo único claro que puedo ver entre tanta oscuridad. Y sin embargo, no hay nada que podamos hacer para que brille de verdad. Tanto tiempo buscando o esperando algo (alguien) así, para que después no haya forma posible de darle el sentido que merece. Porque nos lo merecemos. Quizás, sí haya algo que pueda hacer... y quizás sea ese el motivo de este pánico que no me deja casi respirar. Al fin y al cabo solo hay una palabra válida en esta historia. Solo una opción posible. Y esa es arriesgar.

Y exactamente ahí es donde cobra forma el miedo.

"...de encontrarte de repente,
de no verte nunca más".



1 comentario:

  1. Esa es la clave Angie, arriesgar, arriesgar sin miedos y sin nada que nos eche para atrás o nos frene, que de nada sirve. Cuando arriesgas es cuando se consiguen las mejores oportunidades y si, por un casual, las cosas no salen como queremos, encontraremos otros caminos mejores.
    Un beso preciosa,
    http://enesteladodelmar.blogspot.com.es/

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