Llevo media vida dependiendo del amor. Siempre, del no correspondido además. No me recordaba así, libre de esas cuerdas, desde que tenía... no sé, 10 años. Yo pensaba que eso, o que ellos, eran lo más importante en mi vida. Realmente creía que por muchísimo que quisiera a mis amigos, lo que sentía por los que me idiotizaban, superaba cualquier cosa. Que únicamente podría dolerme de verdad algo si se llamaba amor o tenía que ver con ello.
Claro, estaba muy equivocada. Muchísimo. Porque esto de ahora no lo és. Solo es cariño. O lo era. O no sé. Pero eso, no lo es. Para nada además.
Y me duele. Muchísimo. No pensaba que pudiera hacerlo tanto. Ni mucho menos si pasaba el tiempo. Yo creía que me olvidaría de la situación, que dejaría de aportarme nada y me volvería... sensata.
Pero no. Mi cabeza se ha empeñado en que no debe ser así y me recuerda casi todos los días que me hace falta. No me gusta que sea así. No me gusta no entenderlo. Odio la situación. Detesto haberme acostumbrado a aquello. Y sobre, sobre todo... maldigo haberle pedido que jamás me hiciera daño. Porque cada día que pasa, me lo hace un poquito más.
Hace 1 mes
No hay comentarios:
Publicar un comentario