viernes, 5 de noviembre de 2010

Me levanto lento, voy hacia arriba...


MariposasEn el estómago, en la cabeza, en la punta de los dedos de los pies, en el ombligo. Y también, también... en el pecho. Mi corazón palpita a más velocidad de la que debería cuando le veo sonreír. Es algo extremadamente extraño, que solo me sucede cuando mis pupilas se detienen en las suyas. Aunque a mí no me estén mirando. Recorro todo su cuerpo una y otra vez. Echo un vistazo rápido, para no ser descubierta, pero la sensación es adictiva, por lo que repito la experiencia. Es bonito verle reír. Me gusta quedarme embobada mientras lo hace y después... después, volver a ser  yo. Volver a la realidad. Una realidad en la que el haberme fijado en él es una de las cosas que jamás pensé que haría. Impensable, como lo es ahora que todo esto llegue a ser recíproco alguna vez. No voy a dejar de intentarlo, claro que no. Pero... yo ya he caído en el hechizo, y ahora... ahora le toca a él.


Ángela

1 comentario:

  1. Repite conmigo. Nada es imposible. La vida se encarga de centrifugarnos y darnos vueltas hasta dejarnos donde menos lo esperábamos ;)

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