domingo, 19 de octubre de 2014

n = ∞

Es de esa clase de persona que sin tan apenas esfuerzo, hace que te sientas especial. No regala los oídos, pero dice lo que piensa sin miedo a que suene bonito. Es atento y le importa mi día a día. Y mi tarde a tarde. Y mi noche a noche. Y a mí me importa él. Quizás sea por eso que la complicidad es protagonista en cada gesto. Porque son sinceros. No sé como, pero lo hace. Consigue que quiera ser mejor. Que mis sonrisas sean más grandes. Y que coja los retos todavía con más ganas. Tiene las palabras adecuadas, todo el tiempo, para cada situación. Y cada vez que me dice guapa se disparan todos mis colores. Logra imponer la calma incluso cuando él se desespera. Y aunque me saque de quicio y lo haga queriendo, me gusta. Pero no lo sabe. El tiempo que queda para vernos lo hace fácil. Y está todo el rato, aunque esté lejos. No pierde detalle, ni el tiempo. Y tiene una mirada muy, muy dulce, que dice todo lo que calla. Pero eso, eso tampoco lo sabe. Yo solo quiero dejar de verla a través de pantallas. Y tenerlo delante. Sí, porque cuando lo tenga delante...
(entonces, él, creo que ya sí sabe que...)
siete semanas.

A contracorriente.

1 comentario:

  1. Que texto taaaaaan bonito, no sé, es súper dulce y expresas un montón de sentimientos. Y los amores a distancia no son fáciles pero nos sacan nuestras más profundas ganas.
    Un beso,
    http://enesteladodelmar.blogspot.com.es/

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