viernes, 28 de noviembre de 2014

Feliz primer patito

Hoy hace veinte años desde que me regalaron la muñeca más bonita que alguien podría haber tenido alguna vez. Una muñeca que habla (y grita), que se mueve (y de qué manera). Que piensa (a veces más de la cuenta). Una de las que ya no quedan, inimitable e incomparable. 
Cuando era pequeña me quedaba sentada al lado de su cuna, esperando cualquier movimiento o gesto, para correr y comunicárselo a mis papás. Pasaba rato y rato mirándola. Era preciosa, con los ojos verdes más grandes y bonitos que había visto nunca. Después, cuando creció un poco, le peinaba, elegía su ropa y le dejaba mis otras muñecas. Jugábamos a construir la ciudad Barbie, hasta que ningún elemento se quedara sin ser extendido por el suelo. Cuando reía, se le sonrojaban los mofletes y las pequitas que tiene en ellos, brillaban un poco más. Hemos compartido absolutamente todo, hasta los gustos. Me la he llevado de conciertos y le he prestado mi ropa. Yo no podría hacer algo así con cualquiera. Pero es que esa muñeca, es mi hermana. En todo este tiempo se ha convertido en una princesa (de las modernas). Es todavía más guapa. Y aunque sabe hacerse su propia ropa, yo lo que no logro entender, es que siga necesitando la mía. Pero es que, también, aunque sigue creciendo, sigue necesitándome a mi. Y yo a ella. Porque eso es lo que pasa con las hermanas. Y sobre todo, a las que se quieren como nos queremos nosotras. Que no podemos estar la una sin la otra. Que no podemos dejar pasar la ocasión de hacer sentir especial a la otra. 
Feliz cumpleaños pequeña. Hoy hace veinte años que soy todavía más feliz.

Te quiero

1 comentario:

  1. Es super tierno, yo también tengo una hermana y pienso ir a darle un abrazo enorme ahora por tu culpa JAJAJAJAJAJAJA
    PD: Qué tendrá la ropa de las hermanas mayores? jajajaja.

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