domingo, 19 de junio de 2016

Sentir

Lo más jodido de echarte tanto de menos, es no haberte tenido jamás. Echar en falta cosas que nunca llegaron a ser mías. O peor aún, nuestras. No sé si puede ser más ridículo tener que acordarme cada día de tu rostro, serio, agobiado, preocupado. Seguir sintiendo que el fracaso es mío por no haberlo cambiado. Y de las sonrisas que se te escapaban, o te robaba. De todas. Tus sonrisas... tan tuyas. No sé cuanto sinsentido puede llegar a haber en que aún a día de hoy no sea capaz de ignorar lo poco que tuvimos, lo poco o nada que conseguimos. Pero sigo. Sigo con tu mirada clavada en la retina, con algunos de tus besos tatuados a tinta, con cientos de conversaciones cruzadas bailando en mi espalda. Siento que nunca llegué a hacerte ilusión y sin embargo sigo jodida, dolida y colgada. Enganchada a algo que no existe, a alguien a quien no importo y a una historia que terminó cuando tan a penas empezaba. Es tan injusto que me ciega la rabia... y me encierra en cada una de las salidas, cuando las empiezo a encontrar. Es como agarrarse a algo que está roto y sabes que vas caerte incluso antes de sujetarte fuerte. Pero no lo sueltas. Supongo que la culpa es tuya, por haber sido el único que, sin pensar se dejó llevar. Por haberlo intentado. Es por eso, que soy totalmente incapaz de llegarte a culpar. Me hiciste soñarOjalá un día me eches de menos y puedas decírmelo. Ojalá te acuerdes de todas las veces que me hiciste reír y yo a ti sonreír. Ojalá me recuerdes escuchándote, con todas mis ganas por tocarte, tenerte delante, mirarte. Ojalá en algún momento necesites buscarme y logres encontrarme. Ojalá un día tengas el valor que te faltó al dejarme ir, para volver. Para sentir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario