sábado, 31 de julio de 2010

De todo un poco

Me pregunto si todas esas personas a las que nos permitimos el lujo de llamar amigos, lo son en realidad.
Resulta realmente decepcionante el considerar a una persona, o varias a la vez, algo importante en tu vida... y de pronto, descubrir que quizás no sean más que una pieza más en el mecanismo de nuestra vida. Que están ahí, para pasar algún que otro rato, a veces, incluso momentos. Quizás, hasta hayas compartido más de lo que deberías. (Por lo visto). Y digo de más, porque ahora eso es lo que más pesa. Me resulta increíble la facilidad que tienen algunos de vivir pasando por encima de los demás, creyendo, muy ingenuamente, (eso sí) que su paso va a pasar desapercibido. A veces, quizá resulte. Pero otras no. Este es el caso. A veces, quedan descubiertos, y en su más oscura intención, se ve algo que no se llega a comprender. Que yo, no llego a comprender. Decepcionante, como he dicho. Muy decepcionante.
Lo más triste, es que no puedo hacer nada. Que no voy a hacer nada. Estoy tan paralizada, que me niego a entrar en lo mismo. A caer en un círculo del que no sepa como salir, o que me hiera más de la cuenta. Una frase tengo grabada a fuego: "Ojos que no ven...". Exacto. Ojos que no ven. A veces uno debería morderse la lengua dos veces antes de articular según que palabras. Porque lo mismo con lo que pinchamos a otros, nos persigue después. Caemos como borregos, y cuanto más criticamos, más nos recreamos en llevar a cabo nuestra crítica. Y más penosamente, si cabe. A ver ahora, quien se atreve a hablar, a decir, a quemar con acciones ajenas. Adelante "amigos" adelante. Dejemos que esta función siga su curso. A ver quien hace mejor su teatro.
Yo de momento, aplaudo. Bravo por lo bien que se hacen las cosas. BRAVO.

Continuemos, que hoy, va para largo.

Cuando una toma la determinación de vivir, de hacerlo a su manera, de no dejar que NADIE, pase por encima de lo que cree... y empiezan a nacer las trabas, al principio se hunde un poquito, pero después, comprende que los obstáculos, están para ser superados y a continuación de ello, siempre llega lo mejor. Porque siempre va a haber algo que impida continuar, pero también, deben estar patentes las ganas de pasar por encima de ello, de superar, de saber arriesgar... y finalmente, de disfrutar.
Todo esto es estupendo, hasta que la traba se hace demasiado grande y deja de estar en tus manos continuar con TU VIDA.
Porque es eso, ¿no? es tuya. Pues si es tuya, si eres mayor de edad, y puedes, es más, DEBES, vivirla a tu manera, ¿por qué no es posible?
Es sencillo. Hay padres, como los míos, que no entienden nada de todo esto. Que las reglas, son lo primero. Las reglas, las de su propio techo, por supuesto. Que elegidas a su libre criterio, han de ser las correctas. Lo que pasa, es que estas reglas, son suyas. Y no comprenden que cuando yo cumplo una cierta edad, deben de  seguir perteneciendo únicamente a ellos. Y soy yo quien debe empezar a ponerse las propias.
¿Cuánto puede vivir una persona de media? Yo que sé, ¿80 años? Contando, claro, con que no pase nada.
Imaginemos que únicamente son 20 años. 30, no sé.
No ha tenido esa persona derecho a hacer lo que más le gusta, lo que más le llena? No debe cada uno buscar el hacerse feliz? No es increible que esto pueda llevarse a cabo y más todavía, si no hace ningún daño a nadie? Si es algo tan inofensivo, como hacer un viaje con amigos?
Tengo 19 años y todavía no he salido de casa sin tener que volver a una hora exacta. No he estado en la playa con amigos al acabar algún curso, no he disfrutado de la libertad sin tener que rendir cuentas a las pocas horas. Menos mal que apruebo todo, si no, no sé a qué infierno se reduciría mi verano.
Si no es ahora... ahora que soy mayor de edad y tengo mi dinero ahorrado para ello... ¿Cuándo? Cuando tenga  trabajo, cuando mis amigos y yo ya no coincidamos en fechas ni en gustos, cuando haya crecido y mis obligaciones me impidan hacerlo, cuando? Cuando!
A qué tengo qué esperar?
A que pase el tiempo.
A perder el tiempò.
Gracias, me estáis haciendo muuuuy feliz. (notese el sarcasmo)

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